Morreos en mi cuarto mientras mis padres discuten o trabajan, ir por la calle cogidos de la cintura, alguna borrachera juntos pasando frío en las aceras, masturbarnos en los servicios o en casa de un amigo, quizá pedir dinero para coger un autobús a Segovia y en una pensión con vistas a montañas... ¿crees que estamos inventando el mundo? A lo mejor ellos lo creyeron; nosotros no, supongo que hemos visto demasiadas pelis, hemos oído demasiadas historias y ya sabemos que después se vuelve, a la misma casa, al mismo instituto, a la misma ciudad donde nadie puede empezar de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario