Hoy me inspira la extraña sensación de haber encontrado algo nuevo dentro de mí. Un sentimiento épico entre los demás, que me hace sentir luciérnagas luminosas en el iris, y unos hielos en el estómago.
He encontrado extraños en mi cama, flamencos en la piscina y un poco de serrín en mis oídos. Solo es una ilusión dormilona.
Me despierto entre congojas, los ojos, los ojos, los labios, los labios.... ¡Estoy en la realidad!
Me despierto entre congojas, los ojos, los ojos, los labios, los labios.... ¡Estoy en la realidad!
Estoy aquí con el maldito pantalón de pijama más allá del ombligo. Solo ha sido el viento rompiendo contra las persianas que hicieron volar papeles, una mosca rodeándome entre sus diminutos brazos, y un poco de goma de borrar en la almohada por culpa de tontos cuentos escritos por mí.
Ayer escribí una obra de teatro, que en verdad, encara mis propias ilusiones. Todo el mundo piensa en que dirá, que hará, que pensará en un lugar determinado cuando este con esa persona. Te inventas los diálogos. Los más épicos del mundo concordando con tu propio juicio. Te inventas unos movimientos, abrazos, risas, un poco de pelea tonta. ¡Ya tienes la obra acabada!
Solo falta que, estas tontas letras u vocablos, llenos de frenesí entusiastas, no se conviertan una vez más en infamias y mentiras en un diario escrito por una burda estudiante, una perspectiva del amor más entre unos cuantos millones.
Solo falta que, estas tontas letras u vocablos, llenos de frenesí entusiastas, no se conviertan una vez más en infamias y mentiras en un diario escrito por una burda estudiante, una perspectiva del amor más entre unos cuantos millones.
Solo necesito un paso, un empujón, para dejar de esconderme de la realidad, porque la verdad es que tengo miedo, miedo de que si me permito ser feliz por un instante el mundo se vendrá abajo.
Solo tengo que decirte te quiero.
Solo tengo que decirte te quiero.
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