Un día te levantas, miras al cielo y te das cuenta de que no hay nubes, está completamente celeste, despejado. Sigues caminando, coges el móvil, te pones los cascos y buscas esa canción que llevas escuchando horas y horas en tu habitación mientras una sonrisa va iluminando inconscientemente tu rostro, entonces es cuando empiezas a imaginar que te gustaría que pasara, al fin y al cabo porque no, todo puede ser posible en días como esos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario