Siempre pasa lo mismo. Estoy hablando contigo, todo va bien, todo es perfecto aferrándome a tu voz. Y cuenta cuelgas el teléfono, ya está, se termina la magia y vuelvo a sentirme perdida. Es como si de golpe un agujero negro se tragara todas las buenas sensaciones que has creado en mi interior para dejar paso al más gélido frío. Y entonces ya no sé que hacer. Se me queda el corazón helado y se me entumece el cuerpo y vuelve la rutina, pero una rutina hueca sin ti. Y entonces siento que me falta algo pero no sé qué es ese algo y me siento tan sola, tan perdida...
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