Dime si nunca lo has pensado. Has andado tanto, has perdido tanto y a fin de cuentas, sigues ahí. Como al principio, como al principio de cuando no sabíamos nada de esto, de cuando no sabíamos nada del “tú” ni del “yo”, y de ningún sentimiento que hablase de estos creando un “nosotros”. De cuando no sabíamos nada de nada de sonrisas provocadas por besos inesperados a las 4 de la mañana, ni de miradas que solo se pueden entender debajo de las sábanas. Yo solo espero no acostumbrarme nunca a esto. No acostumbrarme nunca a tu olor, ni a tu sabor. Ni a tu voz… ni a tus “te quiero” antes de un beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario