¿En qué momento una se pierde a sí misma? yo lo hice el día que te conocí. Tenía 15 años y la vida en la mirada; no buscaba el amor, pero cuando te vi, reconozco que me gustaste. Nunca había tenido un prototipo de hombre, pero tú te convertiste en todo lo que en algún momento me hubiera gustado tener. Todo lo que había leído sobre el amor se hizo realidad, tanto lo bueno como lo malo; pero lo bueno pesaba más que todos los problemas que tuviésemos.
Dicen que cuando te enamoras, el mundo desaparece y solo existe la otra persona; que sientes mariposas en el estómago, te tiembla el cuerpo cuando te tocan, te sonrojas y no puedes sostener la mirada, pero al mismo tiempo te perderías en ella. Han pasado tres años y todavía no he dejado de sentir eso. Me he acostumbrado a tu presencia, pero esa dulzura y ese amor que siento por ti solo han aumentado.
Odio cada momento que pasa alejado de ti. Siempre he pensado, al menos desde que te conocí, que no vivo realmente mi vida hasta que estoy contigo. Cualquier momento contigo es el doble de especial cada día que pasa. A veces tengo miedo de no ser suficiente para ti, porque quiero hacerte feliz; para mí, cuando tú me llamas y estás feliz y me dices que me quieres, todo tiene sentido, pero cuando te siento triste, algo en mi se hunde.
Eres mi pasado, mi presente y quiero que seas mi futuro. Esto se me está haciendo difícil últimamente, complicado intentar entenderte y saber manejarte; hay días que solo espero un gesto amable tuyo, y no lo encuentro; y otros de repente, me cuidas como si fuese tu mayor tesoro, como si no pudieses vivir sin mí... esos momentos los atesoro, porque hay veces que son escasos. Intento ser lo que necesitas en cada momento. Eres mi luz.
Tras todo esto, solo está un sentimiento puro, que crece cada día. Simplemente... te quiero