Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...

Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...
Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar...

lunes, 24 de marzo de 2014

Hoy he estado en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. Hoy he aprendido que los sentimientos solo causan dolor, aciaga lección que saboreé hace tiempo pero que me niego a aceptar. ¿Cuántas veces más voy a llorar por mis deseos? ¿No sería más fácil vivir sin esperar, sin saborear, sin sentir, tan solo tomando lo que te ofrezca el día a día? ¿Por qué mi alma se empeña en desear algo más, algo que quizás solo sea una quimera, una fantasía que solo existe en mi cabeza? 

Hoy es uno de esos tristes días en los que siento que nadie me comprende. Mi vida se partió hace ya mucho tiempo y no he sabido volver a pegar los pedazos que de ella quedaron. He dado vueltas, me he caído muchas veces, he llorado mucho, he sufrido lo indecible, me he levantado y he vuelto a caer y al final... ¿para qué? ¿qué he aprendido de todo esto? ¿qué he sacado en claro? Solo tengo una sensación de fracaso de la que no puedo librarme. Fracaso en todos los aspectos de mi vida. ¿Cómo puedo ser capaz de llevar a buen término mi trabajo si por dentro solo soy ruinas? 

Hoy, señoras y señores, vuelvo a rendirme. Hay veces en las que una no puede más por mucho que lo intente y hoy es uno de esos días. Sí, supongo que como muchos dicen soy bastante dramática, pero cuando una no encuentra motivos para tirar de sí misma, se puede permitir un poco de drama, creo yo. Tengo que aprender a librarme de este ímpetu de ser querida, de conectar con alguien... es poco realista y al final, solo me causa amargura. Me siento quebrada como una rama al viento. Frágil y rota, a merced del mundo. Como una niña. Como hace tiempo escribí. Como siempre.

Buenas noches. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario